Hoy sábado lo que podéis hacer es, por ejemplo, duchar la casa. Sí, habéis leído bien, duchar la casa: Traducción: Limpiar con la manguera las paredes blancas de la casa. junto con las ventanas y las persianas.
Toda la mañana la pasáis así, limpiando y regando el jardín.
A la hora de comer, hacéis un Picnic en el salón mirando imágenes des del 1996 hasta hoy día.
Cuándo termináis, ya son las 18:00 y después de arreglaros os encamináis hacia Playa de Aro, dónde celebraréis de manera más íntima el aniversario de "Mamá".
Al dirigiros allí encontráis que el turismo a aumentado cómo mínimo el doble y que no hay sitio alguno dónde podáis aparcar.
Al fin encontráis un hueco, y después vais hacia el centro dónde os encontráis con una muchedumbre de gente en las calles. Os encamináis hacia el paseo marítimo, dónde más tarde cantarán las "Llavaneres" y encontráis un sitio en el cuál cenar. Todo indica que va a ser un restaurante "que marcará una huella en vuestra memoria y paladar" (¡Oh! ¡Qué poético me ha salido esto!) Éste está ubicado en el paseo marítimo, con zona "Chil-Out", terraza exterior, hotel, barra exterior que por cierto cambia de color.
Total, muy bonito, pero que por mala suerte la organización es pésima. A ver, quién quiere cómo 30 mesas llenas, sólo 4 camareros, que algunos no saben ni dónde van los platos, algunos clientes se olvidan de algún que otro plato (y creo que se olvidan de pagar, también), los "vecinos" se comen los platos extraviados, ríen cómo nunca por la gracia que les da que se coman los platos que no saben dónde van, se suman platos en la cuenta, y a parte, los platos que eligen no se los comen debido a que se han comido los de otra gente, y sus platos se van a la otra punta del restaurante. bueno, que esto empieza a parecer los cómics de Mortadelo y Filemon. El restaurante Pete, el mejor (si te quieres reír un rato) . Y por cierto, de los 4 camareros sólo uno se disculpa por todo el desbarajuste y el pobre sólo lleva trabajando allí una semana.
En la factura te ponen a de más los platos de los vecinos, que ya nadie sabe que han comido que era suyo y que no. Así que te cambian dos veces la factura. Al fin, cuándo ya os vais, el camarero os pregunta en tono suplicante si ya os vais y claro, tal vez os echará de menos, pero después os dais cuenta que tal vez lo decía porqué el desbarajuste empezaría otra vez con otros clientes. ¡Qué bien!
Después, camináis tu y tu madre hacia la playa y te mojas los pies con el agua del mar que debido al calor del día está tibia, o sea, buenísima.
Más tarde, al volver, os encamináis en la búsqueda de unas mujeres africanas que hacen trencillas veraniegas.
Al fin las encontráis y tu herman@ y tu os hacéis media cabeza llena de trencillas.
Después, cómo ya se ha hecho muy tarde, volvéis a casa y caéis rendidas en la cama.
¡Qué día, ¿no?!
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada